Gamificación: Recompensas y Reconocimiento

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AutorJordi Moretón

Uno de los grandes agentes motivadores para el ser humano es el premio. Desde unas simples “gracias”, una palmadita en la espalda, o bonus que, entre otros, forman parte de los clásicos programas de incentivos, a los sistemas de puntos, niveles, títulos, etc., con los que cuentan las técnicas de gamificación que se aplican a entornos de lo más variopinto, siendo el de la productividad en la empresa uno de los que despierta mayor interés.

Es natural que los empleados quieran ser reconocidos, y esto es parte de la estrategia de las organizaciones que han entendido que sus colaboradores, especialmente las nuevas generaciones, reaccionan más activamente al reconocimiento. La creación de una cultura del reconocimiento en las organizaciones genera empleados más felices y eso se traduce en mayor lealtad, disponibilidad y productividad. El reconocimiento es un acto del día a día, que no necesita mucho cálculo ni premeditación, en el que se detecta la oportunidad de reconocer a alguien por su servicio sin utilizar para ello demasiados recursos de las organizaciones. De todos modos, no sólo de reconocimiento vive el empleado, existe toda una estrategia de incentivos en dónde las técnicas de gamificación tienen mucho que decir.

Entendamos antes el significado de incentivo: Cualquier forma de “pago” variable vinculado al rendimiento del trabajador. Tangible o intangible, puede tener o no valor monetario. Incluye recompensas y reconocimiento.

Veamos la diferencia entre recompensas y reconocimiento:

Las recompensas sirven para que los empleados sientan que en sus actividades existe un valor explícito, identificando el rendimiento de su trabajo realizado en base a objetivos previamente establecidos. Se utilizan generalmente para adoptar o modificar hábitos, para solucionar situaciones puntuales y a corto plazo de forma muy reactiva. Los empleados conocen las reglas: si superas el umbral, consigues el trofeo (dinero, medallas, etc.)

El reconocimiento está íntimamente relacionado con el sentimiento de vanidad, y es que ¿a quién no le gusta que le digan lo bien que lo hace y mirarse al espejo constantemente? Al contrario que las recompensas, el reconocimiento no tiene por qué derivar de objetivos preestablecidos, sino que está vinculado con “el ahora”, con la promoción constante y a largo plazo del compromiso con los valores nucleares de la organización, por tanto es mucho más estratégico que las recompensas. Un “buen trabajo” sería un simple ejemplo, aunque efectivo, de reconocimiento en la empresa.

Aquí debemos parar y advertir la existencia de una sutil situación, algo compleja, que algunos autores[1] alertan: en muchas facetas de la vida ya existe la gamificación, desde las variables en la nómina hasta los galones de un uniforme militar, así que añadir nuevas capas de gamificación sobre sistemas que inherentemente ya contienen elementos de este tipo puede que no sea una buena idea. El autor aboga por gamificar el reconocimiento de eventos específicos dentro de los programas de incentivos, pero desaconseja hacerlo con los programas de reconocimiento en sí. Ahí lo dejamos, food for thought.

Finalmente, y aunque haya debate académico entorno a ello, pensar que simplemente con estrategias de reconocimiento podemos ahorrarnos los planes de recompensas (especialmente materiales) es caer en el autoengaño. Los planes de recompensas y de reconocimiento, ambos, están allí para conseguir que los empleados consigan sus objetivos individuales y de esta forma ayudar a las organizaciones a conseguir los suyos. Como en todo, la clave está en un equilibrio entre recompensas y reconocimiento. Si bien las recompensas pueden crear empleados que reaccionen muy rápido ante cambios en el entorno (por ejemplo, innovación), es el reconocimiento el que crea empleados leales y comprometidos, y las empresas no pueden pretender funcionar sólo con empleados que trabajan únicamente por incentivos (y cuando no los haya…), sino que requieren empleados que lo hagan también con la misma visión que tiene el núcleo de la empresa.

 


[1] P. Hebert, “Gamification of Incentives and Recognition,” symbolist, 2011. [Online]. Available: http://www.symbolist.com/blog/2011/08/gamification-of-incentives-and-recognition/. [Accessed: 07-Mar-2013].